¿Qué pasó en el Internet Freedom Festival 2017?

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Internet Freedom Festival in Valencia (Spanien)

Entre el 6 y el 10 de marzo de 2017 se celebró en Valencia, España, la tercera edición de este encuentro sobre privacidad, seguridad y libertades en Internet.

 

En el Internet Freedom Festival (IFF) se dieron cita unas 1.000 personas de 114 países. Desarrolladores de software, capacitadoras, periodistas y activistas digitales, muchos de ellos perseguidos en sus países por lo que expresamente se solicitó que no se hicieran fotos o se comentaran nombres de participantes.

Durante la semana se impartieron más de 200 talleres y charlas sobre privacidad, anonimato, seguridad en red y herramientas de software para defender los derechos humanos en línea. Tuvimos el privilegio de participar en varias de esas charlas y queremos compartir algunas de las ideas principales que se trabajaron en este encuentro.

También puedes escuchar estos audios donde activistas de todo el mundo explican qué es para ellas la privacidad y los derechos digitales. O este artículo sobre la edición 2016 del Internet Freedom Festival y las 10 cosas que aprendimos el pasado año.

Amenazas sobre Internet

La lista es muy larga. Uno de los peligros principales es la concentración. Muy pocas empresas en el mundo controlan todas las infraestructuras y plataformas que hacen posible Internet. Sobre esto ya conversamos en un artículo anterior.

De otros tres peligros alertó también la semana pasada Tim Bernes Lee, el creador de la Web. Concretamente el 12 de marzo, cuando su invento cumplía 28 años. Sir Bernes Lee llamó la atención sobre cómo hemos perdido el control de nuestra información personal; lo fácil que es difundir información errónea en la web; y la necesidad de transparencia y regulación para la publicidad política en línea.

Pero en el IFF la atención se centró en el tema de la seguridad y la privacidad. Casualmente, el 7 de marzo, segundo día del evento, el portal Wikileaks reveló miles de documentos filtrados que evidencian la capacidad de la CIA para hackear todo tipo de teléfonos celulares o televisores “inteligentes”. La primera entrega de esta filtración, llamada “Year Zero”, contiene 8.761 documentos. Wikileaks anunció que publicará pronto muchos más.

Estos hechos evidencian que eventos como el IFF siguen siendo necesarios para debatir sobre las estrategias y acciones que nos permiten proteger nuestros derechos en Internet.

La privacidad no es un privilegio, es un derecho

Es algo que habrás escuchado miles de veces pero no está mal repetirlo una vez más. Aún es usual escuchar eso de que “no tengo nada que ocultar”. Ese argumento sólo da la razón a los gobiernos que quieren terminar con la privacidad y el anonimato con la excusa de protegernos. La privacidad es un derecho no una necesidad que surge por querer ocultar algo. Al igual que confiamos en que el cartero no leerá nuestra correspondencia deberíamos tener la certeza de que tampoco nadie leerá nuestros emails o comunicaciones digitales. Y eso, de momento, no sucede.

“Una sociedad en la que las personas pueden ser controladas en todo momento es una sociedad que engendra la conformidad, la obediencia y la sumisión, por lo que cada tirano, del más abierto a el más sutil, anhela ese sistema.”
Glenn Greenwald, periodista. Publicó las revelaciones de Ed Snowden.

Cuidado con el término derechos digitales

Es un concepto controvertido. Porque si hablamos específicamente de derechos digitales le estamos dando una entidad distinta a los derechos humanos cuando estamos en Internet, cuando en realidad son lo mismo. La libertad de expresión debe respetarse online y offline. Lo mismo que el derecho a la libertad de circulación, el derecho a reunirnos o el derecho a comunicarnos. Son los mismos derechos universales, inalienables, irrevocables, intransmisibles e irrenunciables, tanto en la vida desconectada como en la vida en línea.

Por ello, no sería necesaria una nueva legislación específicamente para el entorno digital. El peligro que algunas especialistas encontraban es que estas nuevas leyes pueden ser redactadas con restricciones mucho mayores que las leyes actuales. Las constituciones, tratados y convenios internacionales ya respaldan nuestros derechos a la a dignidad, la privacidad, la inviolabilidad de nuestras comunicaciones. Esas mismas leyes son las que deberíamos usar para defender nuestros derechos en la comunicación mediada por computadoras o dispositivos digitales. Apostar por leyes más restrictivas puede acarrear que en contextos de represión estas leyes sean usadas en contra de la ciudadanía, anulando el derecho a la protesta o a la libertad de expresión, por ejemplo.

Usabilidad

El IFF es también un espacio de encuentro entre desarrolladoras y diseñadores de software de seguridad y privacidad. Estas herramientas nos permiten protegernos del espionaje ilegal en red. Pero es cierto, y quienes las desarrollan lo saben, que algunas son un poco complicadas de usar.

Por eso, estos eventos sirven también para que se encuentren quienes hacen el software y quienes lo usan y así construir en conjunto aplicaciones más sencillas y accesibles. Se trata de mejorar la interacción entre máquinas y personas, lo que se conoce como la “experiencia de usuario”.

Las redes no son una plaza, son un centro comercial

Otro tema de debate en varias sesiones fue la seguridad en las redes sociales. Muchas veces asemejamos estas redes, sobre todo Facebook, con una “plaza pública” donde nos manifestamos virtualmente y somos libres de expresarnos.

Pero con razón alguien apuntaba que no son plazas, son “centros comerciales”. Y ponía este ejemplo: “Las redes no son como el Zócalo donde puedes ir a reunirte libremente y manifestarte. Es un centro comercial, un espacio privado donde los dueños están contentos si compras helado y estás tranquila. Pero prueba a manifestarte ahí dentro o hacer algo que no les gusta. Enseguida te echarán.” Y lo mismo sucede en las redes. No son sitios públicos donde las normas las decidimos socialmente, son espacios privados donde tenemos que acatar las reglas que ponen sus dueños. Y si algo no les gusta, te echarán.

A la hora de capacitar sobre seguridad digital

En Valencia coincidieron muchas capacitadoras y capacitadores (nos alegró comprobar que había muchas más mujeres que hombres) sobre seguridad digital en América Latina. Se realizaron algunas sesiones para compartir aprendizajes como:

  • A la hora de capacitar sobre estas temáticas debemos compartir interrogantes, más que afirmaciones. Son espacio donde no debemos imponer o juzgar. Y tampoco estresar a quienes participan. Sensibilizar e ir poco a poco son consejos muy válidos.
  • Debemos trabajar más en las metodologías de la participación. Presumimos mucho de talleres “horizontales” con “pedagogías populares” pero la mayoría de las veces caemos en el verticalismo puro y duro de yo hablo y tu escuchas. La participación no se logra con preguntas “¿qué opinan sobre esto?”. Debemos profundizar en los diseños de los talleres, en construir colectivamente el conocimiento, en verdaderas metodologías de participación. Hay que pensar qué decir, pero igual de importante es dedicar tiempo a pensar cómo lo haremos.
  • Un taller no es un vehículo para el cambio, es sólo un taller. Para lograr cambios son más efectivos procesos de acompañamiento.

Big data segura

Los datos también tuvieron su espacio en el IFF. El 90% de los datos que poseemos actualmente se han creado en sólo 3 años. Son cifras impresionantes y cada vez encuentras más expertos hablando de “big data” pero pocos alertan sobre los riesgos de seguridad que hay detrás de esta obsesión por los datos.

Las famosas “ciudades inteligentes” pueden convertir nuestras ciudades en menos democráticas. Miles de dispositivos conectados chupando datos de todos lados. Pero, ¿quién los almacena? ¿Quién los gestiona? ¿Con qué criterios? Los expertos coinciden en que falta legislación al respecto.

“Los datos son el nuevo combustible de la nueva economía” leemos a menudo. En el IFF alguien respondió, con mucha razón, que entonces el nuevo calentamiento global será la pérdida de privacidad.

Hackatones

De hackatones saben mucho los hackers que pasaron por el IFF. Algunas y algunos se lamentaban de cómo “hasta los mismos hackers han sido hackeados”. Estos espacios que se originaron como lugares de encuentro de comunidades para desarrollar software colectivamente se han convertido en una nueva bandera de la economía neoliberal que todo lo devora. Los hacklabs se están convirtiendo en espacios coworking para el emprendimiento de futuras stratup. Las lógicas del mercado terminan coptando espacios que nacieron con una clara vocación social, colaborativa y abierta.

Este nuevo enfoque dirige el emprendimiento hacia dinámicas individualistas, nuevas empresas extractivistas que se aprovechan de datos abiertos para crear aplicaciones con las que lucrar y con dudosa perspectiva social.

No queremos decir con esto que no tengan que existir empresas o colectivos que viven de su trabajo desarrollando apss cívicas que generan ingresos. Pero en un modelo de ciudades democráticas versus ciudades inteligentes, sobre todo desde las administraciones públicas, no se deberían fomentar los “semilleros de apps” con premios económicos para los mejores desarrollos, sino invertir esos recursos en capacitar a la ciudadanía para el uso de los datos. Porque con los datos construimos información y la información nos lleva al conocimiento.

Y estos procesos formativos no se gestionan convocando un taller e “invitando a todo el mundo”. Se necesita un acompañamiento en alfabetización digital y datos. Ir a los barrios y a las asociaciones y experimentar cómo con los datos públicos se pueden mejorar sus entornos. Por ejemplo, si sabemos que en nuestro barrio la mayor densidad de perros está en la zona norte, será en los parque se aquella zona donde los espacios para mascotas sean más amplios. En ciudades donde los presupuestos se gestionan participativamente los datos puede ser una útil herramienta para el cogobierno.

Estamos convencidxs de que aunque el trabajo virtual para la coordinación de acciones y redes es útil, estos encuentros presenciales sirven para reforzar los vínculos y la confianza. Algo fundamental si queremos seguir construyendo desde las radios y medios comunitarios una Internet más democrática, libre y segura.

 

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